Cuando “ellos” tocan la puerta; Hablemos de experiencias místicas.

Hails jah Haila.

ᚺᚨᛁᛚᛊ ᛃᚨᚺ ᚺᚨᛁᛚᚨ.

Haila Frijonds jah Frijonjos Meina!

ᚺᚨᛁᛚᚨ ᚠᚱᛁᛃᛟᚾᛞᛊ ᛃᚨᚺ ᚠᚱᛁᛃᛟᚾᛃᛟᛊ ᛗᛖᛁᚾᚨ!.


Indudablemente, un camino como el nuestro está lleno de experiencias que podrían clasificarse dentro de lo “sobrenatural”, ello es parte del proceso, sin embargo, consideramos que esto no tiene porqué ser un espectáculo público ni un motivo para que alguien se sienta mejor que otro.

 

Hemos hablando mucho sobre la gnosis personal inverificable, sin embargo, considero que no le hemos dado el matiz apropiado, por ello es que considero prudente iniciar este tema respondiendo una pregunta ¿por qué somos tan recelosos de presentar testimonio sobre nuestras experiencias de esta índole (sueños, visiones, mensajes, símbolos, etc.)?

 

Quiero decirles que, en efecto, sí contamos todas esas historias, lo hacemos a menudo, pero preferimos utilizar los lenguajes del arte (poesías, ilustraciones, música) ¿por qué? porque pensamos que así el mensaje principal prevalece y quien vivió la experiencia pasa a segundo plano; somos enemigos del culto personal y, lamentablemente, contar este tipo de vivencias de manera burda, da lugar a recibir más atención de la deseada. Por esta situación, las formas del arte son excelente medio de expresión, porque implica un trabajo de interpretación que no da pie al morbo (tomen nota de esto).

 

La primera cuestión que debemos entender es que, cuando estudiamos a fondo cualquier aspecto de nuestra espiritualidad, es lógico que nuestra mente primero deba amoldarse a nuevos parámetros de pensamiento, sobre todo si no provenimos de una familia Heathen.

 

Al principio la intuición va a cien por hora mientras devoramos kilos y kilos de información relevante, pero luego, cuando hemos encontrado la relación de todo ello con nosotros, ahí es donde sucede la magia; aquellas ideas recurrentes y símbolos oníricos adquieren entonces su verdadero significado.

 

Hagamos conciencia de un hecho innegable; estamos acostumbrados a reaccionar de cierta manera ante la precencia de algo que nos han repetido hasta el cansancio que no tiene que estar ahí. No es nuestra culpa sentir miedo ante los primeros indicios de que algo extraordinario ha irrumpido el umbral de nuestra psique, pero este sentimiento se va transformando a medida que abrimos nuestra mente y la disciplinamos.

 

Parafraseando a Roger Caillois (teórico de la literatura fantástica), el efecto de lo “extraordinario” radica en que asumimos que conocemos cómo funciona la realidad.

 

El problema es ese, que a la mera hora no vemos que hay existencias más allá de Midgard. De nada sirve que hablemos de los multiversos si no los consideramos como algo fuera de lo simbólico.

 

Sabemos que hay planos dimensionales, multiversos, que son parte del árbol llamado Yggdrassil, pero si esto ya es una realidad en nuestra espiritualidad entonces ¿por qué tendría que ser motivo de “sorpresa” si por alguna razón nosotros tenemos contacto con ALGUIEN de cualquiera de esos planos? ¿no son esos seres parte de nuestro cosmos? ¿no es lo que nos han enseñado nuestros dioses? ¿de dónde entonces proviene el miedo o la sorpresa o hasta la censura?

Vuelvo a la idea del principio. No tiene nada de malo que experimentes visiones, escuches mensajes en sueños, tengas incluso lazos afectivos con gente que obviamente no vas a poder presentar como lo harías con cualquier midgardiano, pero de todo ese cúmulo de experiencias, lo que importa es el mensaje ¿qué has aprendido de esas visitas? ¿qué necesidad hubo para que buscaras crear esos puentes? ¿qué nueva interpretación puedes darle a simbolos ancestrales? esas son las cosas que puedes compartir sin llamar la atención de gente negativa o morbosa. Esto no es una feria ni un circo.

 

¿Qué hacer entonces si tenemos una experiencia de este tipo (y no me refiero a las alucinaciones producidas por enervantes)? guardar la calma y analizarla, tomar notas, investigar los simbolos que veas o los mensajes que capte tu mente. Esto ya es trabajo de meditación y mucha disciplina. Antes de ir a contarle al mundo lo bien que te lo pasas con tu amigo el elfo o el enano (es un ejemplo), mejor ocúpate en comprender cuál es el fin principal de ese intercambio. Las palabras en nuestra tradición valen más que el oro y estoy segura que en otros planos no las malgastan tanto como nosotros.

 

Las experiencias místicas reales dejan huellas profundas, pero la única forma de comprobar su autenticidad es el impacto que producen en la persona. Si no hay un cambio contundente en la estructura de pensamiento de quien las vive, entonces solo es una fantasía ¿ven por qué es importante analizarlas antes de andar divulgando?

 

Cuando trabajas para la Tradición los caminos se abren de manera automática, sobre todo porque más allá de lo bien o mal que lo pases en otras dimensiones, tienes en tus manos información valiosa que te permitirá crecer en muchos ámbitos y ayudará a las nuevas generaciones (perdón que insista tanto esto, pero estos envases de carne no son eternos y no queremos que se pierda el conocimiento por flojera o dejadez).

 

Ya para finalizar el tema quiero compartirles una enseñanza que me sirvió para sobrellevar estos procesos tan difíciles de compartir incluso entre los amigos más liberales:

 

“El camino interdimensional comienza con abrir la mente y cerrar la boca mientras el otro habla”

 

Gutané Jér Weiháilag.

ᚷᚢᛏᚨᚾᛖ ᛃᛖᚱ ᚹᛖᛁᚺᚨᛁᛚᚨᚷ.

 

Selene Ortiz Vázquez.

ᛊᛖᛚᛖᚾᛖ ᛟᚱᛏᛁᛉ ᚢᚨᛉᚲᚢᛖᛉ

H.O.S.F.

ᚺ.ᛟ.ᛊ.ᚠ.

México.

ᛗᛖᚲᛊᛁᚲᛟ.